domingo, 30 de agosto de 2009

Mierda y esas cosas

Qué asco. No me gusta escribir de estas cosas, así… Pero me imagino que necesito vaciar la cabeza un poco. No sé por qué, pero de esta mañana a ahora, mi estado de ánimo ha ido empeorando poco a poco. De un humor normal, tibio… Me he encontrado de repente con una ansiedad y una tristeza que van digiriéndome desde dentro.

No sé de dónde vienen, no tengo razón para sentirme así. Pero sin comerlo ni beberlo, tengo unas ganas de llorar bastante intensas, de abrazarme a mí misma y no salir del letargo, de meterme bajo una manta y no despertar. Y no sé por qué. Lo único que sé es que tengo miedo.

Porque ya pasé un año así, jodida. Día tras día, sin levantar cabeza. Y no quiero volver a ello. Ahora estoy bien… ¿por qué me siento así? Me acojono sólo de pensar en buscar la causa. Con suerte, esto habrá pasado pronto y mañana no será más que un recuerdo tonto.

Pero… ¡Qué asco! De momento tengo que aguantarme, clavarme las uñas en mis manos metafísicas y lanzar alaridos silenciosos. No me gusta nada, NADA, estar así. Demasiado reciente, demasiado doloroso, demasiado miedo. No sé qué fue de aquella niña que se reponía de las hostias de la vida con una sonrisa.

A mí, hoy por hoy, me han quedado cicatrices que aún pican. Me he vuelto una cobarde, una llorona y una persona totalmente distinta, que se resiente de cada golpe. Me he vuelto dependiente, pesimista y llorica. Miedosa, asustadiza. Qué asco…


No hay comentarios:

Publicar un comentario