sábado, 11 de julio de 2009

Vaciando la mente...

El cielo está azul. De un azul muy bonito, por cierto. Y sin una sola nube. Y yo, para variar, estoy sola en casa. Hacía casi un año… Me encanta esta tranquilidad. Yo, con mi portátil sobre las rodillas, el pijama lila y la ventana abierta. Se oye berrear a un par de críos en el parque y algún coche casual; salvo eso, todo parece armonía y paz. Y sin embargo… No sé, es raro. Otra vez. Porque estoy contenta y de buen humor, pero…

Pero creo que tengo miedo. Supongo que sí, que sólo es eso. Miedo, sobrevolando mi cabeza. Por ahora voy zafándome de él, saltando de un lado a otro. No pienso mucho en ello, o al menos, eso pretendo. Aunque reconozco que a veces se hace difícil. En fin, centrémonos en el cielo. Y en las fiestas, que ya tocan. Santurce y Barakaldo se visten de colorines, se bañan en alcohol y se agitan, como hormigueros gigantes llenos de barullo. Como el que están montando ahora los niños que gritan en el parque.

Es gracioso pensar que dentro de no demasiados años esos niños estarán entrando en discotecas, bebiendo hasta reventar y luchando por un polvo ocasional. Es divertido además, ver la escala de cada uno, porque quien más quien menos, lo ha intentado, lo hemos hecho. El pasado conforma una película individual que por mucho que nos empeñemos, no tiene nada de especial. Es el mismo guión una y otra vez, con distintos artistas.

Aunque como peco un poco de egocéntrica y resabiada, creo que mi vida sí tiene cierto tinte surrealista. Y eso me resulta atractivo, agradable. Es divertido mirar atrás. Lo pasado, al estar pisado, no me da miedo. Creo que muchas veces aparco el presente y me quedo mirando las cosas que sucedieron. Porque vamos, de mirar al futuro… mejor no hablar. No soy una persona capaz de ahorrar para el mañana. Mis planes de futuro se adentran el próximo sábado, y de ahí, entran en la nebulosa de la incertidumbre, en la que no me pienso meter.

Albergo la esperanza de que esto lo lean pocas personas, porque es tremendamente inconexo XD. Pero necesitaba vaciar la cabeza, y observando y respirando esta paz… Que día más bonito. Qué bien estoy sola en casa.


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